En general, los afiches de promoción de películas tienen una sobrecarga de significado que empobrecen (contradictoriamente) su propuesta gráfica. La obviedad (de imagen, tipográfica, etc) de la composición, en un esfuerzo al menos discutible, que pretende abarcar todos los targets posibles terminó generando un género específico que podríamos encuadrar en "afiches de films comerciales", muy cercano a la tipología de portadas de libros best sellers. Curiosamente, una serie de afiches de la última versión de Batman ha roto con esa permanente obviedad, generando desde muy logradas síntesis gráficas, diversas polisemias que nos acercan a diferentes interrogantes sobre quién es el alter ego de quien (Batman o el Guason), la alegría y la seriedad como estados de ánimos y, se quiere, las nociones del bien y del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario